miércoles, 9 de mayo de 2012

Tic ~ Tac

Mi reloj marcaba la media noche exacta de ayer y me encontró sentada en el borde de la cama completamente sola y en silencio por primera vez en unos cuantos días. De mirar al suelo, pase a dejar mi mirada en un trió de imágenes que jamás dejará de sacudir mi mundo. Aquellas tres, provocan en mí lo mismo que esta y es que son la máxima expresión de felicidad de los mejores polos que he vivido contigo. La primera que no está aquí, pero sé que sabes perfectamente cuál es, ha sido la mejor noche de los cinco meses que has estado junto a mí y esta, el comienzo de un día que no olvidaré jamás. 

Te conocí hace 254 días, y desde aquel primero, algo dentro de mí me hacía creer que había llegado el momento de volver a enamorarse, de sentirse liviana, de querer alcanzar las estrellas. 

Te encontré sin saber que te buscaba y en mi corta vida puedo decir que ha sido una de las experiencias más emocionantes y maravillosas. Que el destino te haya puesto en mi camino y me haya dado la oportunidad de conocerte, fue un regalo del cielo, un sueño. 

Eres una linda persona, por dentro y por fuera. Eres especial, único. Eres parte de mí, un trozo de mi esencia, de mi voluntad, de mis ganas, de mí ser, de mi existencia. Eres mi mitad, mi cuarto de luna brillante, mi sol y cada una de las estrellas de mi universo. 

No sé si escuchaste algo de lo que dije anoche mientras tenia a uno de tus grandes amores recostada en mi falda y entregada a mi cariño, por eso lo diré de nuevo: estoy feliz, me siento completa, ya no hay miedos que vivan en mi más que la idea de no soportar que te apartaras de mi. Soy feliz, y no habría querido mi vida de ninguna otra manera a como ha sido porque todas las decisiones que tomé, todos los caminos que seguí me llevaron hasta a ti, y tu, trajiste de vuelta mi alma a mi cuerpo y estaré eternamente agradecida por ello. 

Me enamoré perdidamente de ti, nunca he dejado de estarlo y cultivo tu corazón en mi pecho junto al mío para tener la bendición de nunca dejar de amarte. Porque has sido luz en mi camino, inspiración divina, compañía, mi todo. 

Anoche no contenía las lágrimas porque mi fluir de emociones no tenia nombre, pero si razón de ser. Y es que no había sentido tanta satisfacción, tanta que me abrumó. Fue el cierre perfecto para una cantidad incontable de días y noches que fueron realmente perfectos. Todos estamos a veces arriba y a veces abajo en la vida, no es acaso de eso de lo que se trata? De tener la valentía de reconocer que estuvimos abajo, tal vez más debajo de lo que debimos haber estado y tener el coraje de reconocerlo mirándonos a los ojos y la madurez suficiente de componerse, remediar los errores, reconquistar, volver a enamorarse y empezar de nuevo? Mejor aún, de sentir que nunca hubo un mal lapsus, de dejar todo completamente atrás y volver al punto en que decidimos echarlo todo a perder y en vez de eso continuar con los besos como aquellos que has vuelto a robar de mi boca? 

Te escribo desde el corazón, es lo único que sé hacer, no sé si bien, no sé si mal, pero no quise dormir esta noche sin antes decirte que eres lo más importante de mi vida, que daría todo lo que tengo por verte sonreír así todos los días que vivas, que la emoción de nuevo es más que yo cuando te recuerdo siendo parte de mis mayores sueños, que no tengas dudas que no hay mejor para ti que yo empujándote a cumplir los tuyos que ahora son los míos propios también.