jueves, 26 de diciembre de 2013

Gracias a la vida, que me ha dado tanto.~

Muchos conocen la historia de su llegada. Lo que pocos saben es que vino acompañada de un salvavidas: su Coach y al poco tiempo mi Coach también, porque al querer que ella aprendiera a comportarse educadamente y tuviera cierto grado de control sobre sus instintos terminé aprendiendo muchísimo yo también pero no sobre cómo ejercerlo sobre ella porque resulto ser muy inteligente, receptiva y estable, sino sobre mi propio comportamiento y autocontrol.

Aprendió a sentarse y echarse: en ese momento descubrí que soy de bambú y no de roble; que la vida me ha golpeado muchas veces y que a pesar de eso sigo en pie.

Aprendió a caminar junto a mi pierna y a mi ritmo: ahí aprendí a escuchar y cuán importante es quererse a uno mismo. Que las cosas pasan por algo  y cuando tienen que pasar no cuando uno quiere o cuando uno espera que pasen.

Aprendió a dar la mano: fue cuando supe que está bien ceder hasta encontrar un punto medio, de equilibrio, porque no puede ser siempre el mismo el que ceda.

Cuando quise enseñarle a cerrar la puerta, porque con lo arrebatada que es sólo las abre, mi papá me demostró que la sabiduría no sólo se gana con los años sino que también con la experiencia:
-¿No has escuchado mi amor una frase que dice que "Ni los reyes ni los perros cierran las puertas"?
Ese día aprendí que sin importar cuánto empeño y dedicación le ponga a una tarea o a alguien que no está destinado a resultar, jamás resultará.

Cuando ella aprendía dos veces por semana estas lecciones, lo que con orgullo me permite decir que la convirtieron en un espíritu libre que puede desenvolverse con su entorno tranquila, feliz y educadamente, yo aprendí sobre el significado e importancia que tiene darle a toda clase de relaciones interpersonales "espacio", ya que esta es de la única manera en que prosperan.

Aprendió ataque y defensa y esta fue mi mayor lección, porque entendí el verdadero valor de la confianza. Ese día supe que aunque a ratos me sienta sola, en realidad jamás lo estaría, porque está ella en mi vida. Ha recogido mis lágrimas hasta que amanece, no duerme profundo hasta que no comprueba que estoy en mi cama y tampoco me despierta a menos que me descubra 100% despierta entre las sábanas. Espera por mí todas las tardes al llegar con una pelota de tenis en la boca, empujándome al jardín para que juegue con ella.  Es la responsable de muchos de los días en que tengo una sonrisa en la cara y no solo yo si no muchos otros más.

Así todo, mi gran lección final es que no importa cuál fuera la tarea o proyecto que en la vida emprendamos, mucho menos con quien pero siempre, siempre, hay algo que aprender, alguien de quien aprender, y sí dios lo permite, también algo que enseñar; porque nunca se es muy viejo para aprender ni muy joven para enseñar.

Así que, infinitas e interminables gracias de corazón Coach: por el tiempo, por las ganas, la buena vibra, las sonrisas, las lágrimas y todas las enseñanzas. Fue increíblemente nutritivo y sanador, e incluso relajante, LA MEJOR TERAPIA DE MI VIDA!

Formarás por siempre parte de aquellas personas a las que jamás se olvidan. Mis más sinceros respetos y cariños, en este día de tu cumpleaños, en los pasados y en los que sigan.


lunes, 2 de diciembre de 2013

Los cien días del plebeyo.~

Una bella princesa estaba buscando consorte. Nobles y ricos pretendientes llegaban de todas partes con maravillosos regalos: joyas, tierras, ejércitos, tronos.

Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo que no tenía más riqueza que el amor y la perseverancia. Cuando le llegó el momento de hablar, dijo:
  - "Princesa, te he amado toda la vida. Como soy un hombre pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor. Estaré cien días sentado bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que las que llevo puestas. Esta será mi dote"

 La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar:
  - "Tendrás tu oportunidad: si pasas esa prueba me desposarás"

Así pasaron las horas y los días. El pretendiente permaneció afuera del palacio, soportando el sol, los vientos, la nieve y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amada, el valiente súbdito siguió firme en su empeño sin desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la princesa, que con un noble gesto y una sonrisa aprobaba la faena.  Todo iba a las mil maravillas, se hicieron apuestas y algunos optimistas comenzaron a planear los festejos. Al llegar el día 99, los pobladores de la zona salieron a animar al próximo monarca. Todo era alegría y jolgorio, pero cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la princesa, el joven se levantó y, sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar dónde había permanecido cien días.

Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca lo alcanzó y le preguntó a quemarropa:
  - "¿Qué te ocurrió? Estabas a un paso de lograr la meta, ¿Por qué perdiste esa oportunidad? ¿Por qué te retiraste?"

 Con profunda consternación y lágrimas mal disimuladas. El plebeyo contestó en voz baja:
  - "La princesa no me ahorró ni un día de sufrimiento, ni siquiera una hora. No merecía mi amor."

martes, 19 de noviembre de 2013

Carta de despedida.~

Estuve siempre, sin importar cuán doloroso o triste fuera, cuan divertido o feliz fuera, cuanto esfuerzo requiriera o cuán difícil, fácil o serio fuera, mi respuesta fue “Siempre, por el amor incondicional que le tengo”.

Si quiero tanto a su familia, como si fuera parte de la mía, es por lo tanto que le quise a él. Si cuide tanto de mi misma y de nosotros es por lo tanto que le quise a él y por el miedo a perderle y si sufrí tanto es nada más que proporcional al amor que sentí por él. Mi felicidad fue medida en el amor, dedicación y entrega que mostró por mí y así también yo por él.

No importa todo lo malo que haya pasado entre nosotros, ya es pasado. El rencor ya me enfermó una vez y no guardarlo es una lección que ya aprendí hace unos años atrás y un error que no volveré a cometer. Todo ello está olvidado, está sanado, aunque ninguna actitud mía durante o después justificara por nada del mundo aquel dolor que tampoco lo justifica ahora, mucho menos después de todo lo que ha pasado en los últimos meses aun después de separados. He actuado con altura de miras, con la madurez necesaria, como una dama, incluso como una amiga, con respeto y educación y a pesar del tiempo solo yo sé si también movida por algo de amor, pero por ser precisamente la última vez, no diré si ha sido por amor o no, porque a pesar de que el día anterior a volar al otro lado del mundo se paró frente a mí y no por obligación si no por sentimiento dijo “Te amo” yo no tuve ni razones ni motivos suficientes para responder “Yo también”.

Si hice todo lo que hice, si he hecho todo lo que he hecho es nada más que por el amor que sentí por él, por haberme hecho parte de su vida y de su historia, por haberme dado algunas de sus primeras veces y aunque ya no tengo la seguridad de antes sobre aquello que gritan sus ojos y su boca no dice, me basta con sentir que aquellos lindos verdes fueron reales conmigo alguna vez antes aunque para los demás se demuestre lo contrario; me basta con saber que alguna vez y no hace mucho tiempo atrás aquellos tan transparentes y dulces ojos sentían amor y decían: “Te amo. Te deseo. Me gustas.” ¡Qué lejos estamos de aquella tan perfecta triada!

Nada de todo ello fue producto de mi imaginación, ni de mis mejores sueños hechos realidad, fue la vida misma enviándome un regalo en su momento y ahora enseñándome una lección, otra lección. Hubo muchas lindas palabras, muchos lindos recuerdos que probablemente ni aunque quiera pueda borrar de mi memoria, pero que sepa que aunque la responsabilidad de que las cosas salieran mal fue de los dos y compartida, su error tuvo el precio más alto.

Tengo la ferviente intención de desearle todo lo mejor del mundo y lo hago, lo haré siempre, pero como el mismo alguna vez dijo y estuve de acuerdo, todo aquello no sirve de mucho si no tienes a tu lado a alguien que te empuje por tus sueños y que disfrute de tus logros y sufra con tus derrotas. Los grandes amores, las mejores personas, los buenos amigos y la indispensable familia, son los que sin importar qué esté ocurriendo en tu vida, están contigo. “Prometo amarte y respetarte, serte fiel, en lo prospero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza..” De ahí en adelante es cosa de Dios y del destino saber si será “Todos los días de mi vida” o “Hasta que la muerte nos separe”. Parece exagerado para una simple y corta relación, pero quiero creer que además de mi aun quedan quienes sin importar el nivel de compromiso que otorguen a sus relaciones interpersonales, esta es la mejor definición de AMOR INCONDICIONAL que conozco y practico.  

Tengo una idea de >Gran Hombre< y creo que no es precisamente el que llega más alto, ni el que tiene más dinero o vive rodeado siempre de mujeres, tampoco el más lindo, sino aquel ser humano lleno de transparencia, que no oculta sus verdaderos sentimientos refugiándose en vicios. Es el que abre su corazón sin rechazar la realidad por cobardía, es quien admira a una mujer por sus cimientos morales y grandeza interior. Es el que camina de frente, sin bajar la mirada, que no miente y sabe llorar su dolor sin que le importe lo que digan los demás. Es quien simplemente nunca te hizo llorar y si lo hizo fue de felicidad y orgullo, es quien te hace sonreír por lo mucho que han logrado juntos, por todos sus recuerdos, por cada alegría que comparten y por todo aquello que llenó y unió sus vidas.

Eres grande no solo cuando triunfas, sino cuando eres capaz de abrir caminos a otros construyendo puentes. Y yo colaboré para que los demás sonrieran mientras yo lo hacía también.

Así que no obligues a nadie a quererte, mejor oblígalos a irse, porque para decir ''hola'' a la persona correcta debes decir ''adiós'' a la persona equivocada. Ignoramos a quien nos quiere, queremos a quien nos ignora, amamos a quien nos hiere y herimos a quien nos ama. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere.

Ama a la persona que te vio cuando eras invisible para el resto. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado. El tiempo te va demostrando quienes valen la pena y quienes no, quien no te busca no te extraña, quien no te extraña no te quiere.

Cuando estás arriba, tus amigos saben quién eres. Cuando estás abajo, tú sabes quienes son realmente tus amigos. No dependas de nadie en este mundo, porque hasta tu sombra te abandona cuando estás en la oscuridad. Aprende a apreciar lo que tienes antes de que el tiempo te enseñe a apreciar lo que tuviste.

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Éste, es el momento de dejarle ir, porque no se puede estar en el presente añorando el pasado, ni siquiera preguntándonos porqué. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. En la vida hay que aprender a perder y a ganar. Hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente, el pasado ya pasó. La vida está para adelante, nunca para atrás. No se puede andar dejando "puertas abiertas", por si acaso. No, no vuelven, porque ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año, ya no encajarás allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir. Porque sí, duele.


Que sepa que con esto no busco ni reconocimiento ni gloria, mucho menos las gracias, porque todo lo dicho, echo y demostrado fue desinteresado. Fue amor, fue por amor. Y si lo escribo es por dejar la huella de mi espíritu en su alma y en su vida; ya dijeran: “No vivas para que tu presencia se note, sino para que tu ausencia se sienta”.

Adiós y hasta siempre.

jueves, 17 de octubre de 2013

Dejando huella.~

Fui feliz, y siento que con cada día que pasa, estoy cada vez más lejos de esa sensación, de aquel sentimiento y aunque he hecho muchos viajes en mi corta vida, el de los últimos nueve meses ha sido por lejos el más largo y el con mayor introspección.

Todos somos diferentes, con afinidades que luego nos unen, pero todos y cada uno un mundo en sí mismos. De ahí que cada cual tenga “motores” diferentes que mueven e impulsan sus vidas. Es tan genuino como valido que así sea. Para algunos será el trabajo, para otros la familia o el dinero o como para mi, el amor; el amar y ser amada, por un príncipe azul, por un gallardo caballero.

A pesar de mis pocas experiencias, sigo creyendo en los cuentos de hadas porque viví el mío propio y fui tratada y llamada princesa.

Toda felicidad tiene su precio y yo ya pagué el mío con una cuota de sanación y sonrisas, con una cuota de dolor y lágrimas, pero no se puede ver el arco iris sin un poco de lluvia.

No viví su amor creyendo que fuera para toda la vida, ni que tampoco podría seguir viviendo sin él, pero sin duda alguna, hacia mis días más alegres, más luminosos. Tal vez no se tratara específicamente de él, pero estoy segura de lo cómoda que me sentía conmigo misma mientras estuve con él y que por lo mismo lo extraño tanto como a mí misma, porque también de eso estoy lejos, tanto que hay días en que duele.

Tengo muy claro todo lo que hice por él y cambio recibí la misma respuesta: “Tú también sabes lo que hice y di por ti”. Aquello no salió de mi cabeza hasta que descubrí la respuesta, porque tengo que reconocer que no la tuve inmediatamente, y es precisamente esta: Días más felices, más llenos de sonrisas, más vitalidad y ganas de vivir intensamente cada momento. Más juicio para tomar decisiones, más coraje y valentía. Mas colores, días más soleados que nublados, más colores, más sentimientos y sensaciones que no había experimentado antes, más libertad. Y no es que antes no hubiera tenido nada de todo aquello, sino que el tan solo hecho de tenerlo conmigo era suficiente para sacar lo mejor de mí y demostrárselo.

Sufrí, sí. Discutimos más de lo que debíamos, sí. No fui lo suficientemente desprendida de mi núcleo, sí. Reconozco mis errores, lo hice también en su momento y di lo mejor de mí por componerlos y recompensarlos. Fui feliz y para mí eso lo valía todo y lo dije: “Yo solo quiero ser feliz contigo”.

Fuimos apasionados, la química sacaba chispas entre nosotros con tan solo un par de miradas encontradas y a pesar de las diferencias, teníamos un punto muy potente en común: lográbamos sacar tanto lo mejor como lo peor de cada uno de nosotros, el apoyo era mutuo y ambos crecimos; pero no fue suficiente.

Nos faltó paciencia, pero nos sobraba complicidad. Nos sobraban ganas, pero nos faltó voluntad. Nos faltó tiempo para un “solo nosotros”, pero nos sobró compañía. Tuvimos sueños y metas cumplidas, viajes y placer.


Como en la vida, tuvimos altos y bajos. Unos días muy arriba y otros muy abajo.
Como en las películas, no tuvimos un gran final feliz. ¡Pero qué gran historia!. 

miércoles, 9 de octubre de 2013

La gente que me gusta ~ Mario Benedetti.

Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. 
Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justiciaA estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos. La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.

martes, 3 de septiembre de 2013

Behind every great love is a great story.~

  • "No concordaban mucho. De hecho, casi nunca concordaban. Siempre se peleaban. Y se retaban uno al otro cada día. Pero a pesar de sus diferencias, tenían algo importante en común. Estaban locos el uno por el otro."
  • "- ¿Te quedarías conmigo? - ¿Quedarme contigo? ¿Para qué? Míranos, ya estamos peleando. - Pues, eso es lo que hacemos. Pelear. Tú me dices cuando soy un hijo de puta arrogante y yo te digo cuando eres una pesada insoportable. Lo cual eres, 99% del tiempo. No me importa lastimarte. Me lo devuelves al instante y regresas a hacer la misma cagada. - Entonces ¿qué? - Así que no será fácil, será difícil. Y tendremos que echarle ganas cada día, pero quiero hacerlo porque te quiero. Quiero todo de ti, para siempre, tú y yo. Cada día. ¿Harás algo por mí? Por favor imagina tu vida. 30 años desde hoy. 40 años desde hoy. ¿Cómo se ve? Si es ese tipo pues vete, ¡vete! Te perdí una vez, creo que podría hacerlo de nuevo, si supiera que es lo que realmente quieres. Pero no tomes el camino más fácil. - ¿Cuál? No hay manera fácil, no importa lo que haga, alguien se lastima. - Deja de pensar en lo que quiere todo el mundo. Deja de pensar en lo que quiero yo. En lo que quiere él o en lo que quieren tus padres. ¿Qué quieres tú?"
  • "- ¿Crees que nuestro amor puede causar milagros? - Sí lo creo, es lo que me hace volver contigo cada vez. - ¿Crees que nuestro amor nos llevará juntos? - Creo que nuestro amor puede hacer todo lo que queramos."

domingo, 1 de septiembre de 2013

El amor tiene firma de autor en las causas perdidas.~

"El amor es algo que se comparte entre dos personas, y a veces este nace de uno y no es correspondido por el otro. Cuando eso pase, no obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse, porque para decir "Hola" a la persona correcta debes decir "Adiós" a la persona equivocada. A veces nos cegamos e ignoramos a quien nos quiere, pero paradógicamente queremos a quien nos ignora, amamos a quien nos hiere y herimos a quien nos ama.


Quien insiste en quedarse es quien realmente te quiere. Ama a la persona que te vio cuando eras invisible para el resto. Siempre seremos especiales para alguien. La persona que te quiera, te querrá como eres, y por lo que eres, no por lo que tienes o por lo que puedas hacer.

La persona correcta llega por si sola en el momento indicado, si conocieron a alguien y no funciona, tal vez no sea la incorrecta sino fue el momento equivocado, y te la volverás a cruzar cuando sea el momento indicado. El tiempo va demostrando quienes valen la pena y quienes no. 

Cuando estas arriba tus amigos saben quien eres, cuando estas abajo tu sabes quienes son tus amigos. No dependas de nadie en este mundo porque hasta tu sombra te abandona en la oscuridad. Aprende apreciar lo que tienes antes que el tiempo te ayude a apreciar lo que tuviste. Nunca te des por vencido si sientes que puedes seguir luchando, no esperes el momento perfecto, toma el momento y hazlo perfecto. 

La vida tiene cuatro sentidos: AMAR, SUFRIR, LUCHAR y GANAR; vive la vida con amor, ama si quieres amar, lucha si quieres luchar, sufre pero cuando la situación lo merezca y gana sabiendo que puedes perder."

sábado, 31 de agosto de 2013

Por una mirada un mundo.~

En los últimos meses las palabras se cortan, es como una llave cerrada que gotea constantemente aunque está cerrada. En los últimos meses miras el todo y no te sientes parte de él y piensas que no le perteneces porque el todo continúa siéndolo aunque tu ya no seas parte de él y funciona aunque no estés.

Sintiéndome observadora, a veces invisible de aquel todo, no puedo dejar de pensar en que vivimos en un mundo en el que todos y cualquiera somos absolutamente reemplazables aún cuando en algún instante alguien o alguna situación nos demuestre o convenza de lo contrario. Instantes preciosos y preciados que van completando un cuadro, definiéndonos como personas, como seres humanos. Habrán instantes que dejaremos atrás, que con cada respiro iremos dejando atrás y habrán otros que serán medidos en esfuerzos, otros en caricias y otros querremos simplemente no dejarlos pasar.

No puedo dejar de pensar que vivimos en un mundo con cultura de lo desechable, donde todos y cualquiera, donde cada cosa, cada sentimiento, palabra, alegría, sueño y desilusión pueden caer al basurero convertidos en rabia, rebeldía o frustración. Vivimos en un mundo en el que la esencia del ser humano es dañar y ser dañado por los más amados, en el que un otro antes de pedirte algo o sacar algún provecho debe sentir la obligación moral, aunque la situación no lo sea, de sonreírte antes con tal de conseguir su cometido a toda costa.

Vivo en un mundo, que es el mundo de todos, que choca con las expectativas que había generado para este. Vivo en un mundo donde se empuja a cumplir sueños aunque el precio de ellos sea la desgracia de otros, donde no importa cuantas veces se deba gritar y mover enérgicamente los brazos con tal de ser escuchado y aún así no conseguirlo y que te muestra que el único camino al éxito es pasar por encima de otro.

Pueden no estar de acuerdo, la primera vez que mi visión chocó con todo esto yo tampoco lo creía y tampoco estaba de acuerdo hasta que la vida me mostró algo diferente: Pensaba que se trataba sólo de mi mundo, del mundo en el yo vivía y me desenvolvía, en el que yo estaba creciendo y madurando, pero no es así. Es el mundo de todos y que muy pocos hacen algo por querer mejorar.

La felicidad alcanzada por quienes quiero siempre será mi felicidad también: así es el mundo en el que vivo y así es el mundo en el que siempre quiero vivir.

lunes, 13 de mayo de 2013

We can learn to Love again.~

Han sido tiempos difíciles, meses tristes más que nada, de esos en que no sabes realmente que es lo que te levanta de la cama. Me declaro sobreviviente: de la batalla diaria de extrañar, necesitar, querer y amar desde lejos, cruzando miradas entre la gente. Deseando ser testigo de los momentos de arrepentimiento, soledad y aburrimiento. Llenando vacíos con canciones dedicadas, palabras dichas y memorias y memorias de recuerdos de un año de vida que sólo puede ser simplificado en una palabra: DEMASIADO. 

Hay toda clase de días; las noches son la peor parte: Unos en los que el cansancio de la sobrevivencia te dejan en la cama sin saber de ti hasta el día siguiente, otros en los que el uso constante del pensamiento en un fuero interno sin intervalos de ninguna clase te hacen despertar sin conciencia de que acabó el anterior al punto de no recordar que fue realmente de el, y otros en los que la luz de una vela que abriga la esencia de la vainilla que se dispersa entre las paredes y despierta toda clase de recuerdos, resulta la única manera de hacer las paces con el sueño, pagando el precio de las lágrimas como la mejor compañía, porque, como sea que termine el día, donde sea que tu mente y corazón hayan divagado, estas solo, rodeado de un mundo de gente que te quiere y disfruta de tenerte cerca, pero sólo, cuando lo único que deseas son aquellas caricias en el pelo, aquellas suaves manos rozando tu espalda y aquel beso en la frente antes de dormir aferrada a otra piel, que luego entre sueños y dormido vuelve a abrazarte, a acurrucarse y besarte. 

Entre nosotros siempre sabremos que no faltó, sobró amor. De dónde viniera, de quien viniera. Entre nosotros sabremos de que fuimos capaces de todo y entre nosotros siempre sabremos que amé cada minuto del arte de conocerle, porque si lo hice, lo conocí. Me mostró sus debilidades y sus virtudes, sus pasiones y todo cuanto detesta. 

Aunque no pueda reconocerlo, y me pase la vida esperando, que si lo haré si realmente fue eso lo que me pidió, entre nosotros siempre sabremos que nadie antes lo ha querido tanto como yo y que yo, así como el, lo sigo queriendo tanto como antes.