¿Y si te beso para olvidarnos del
mundo? Para perdernos entre el mar de gente, en la nube de nuestros
pensamientos.
Entre tanto te decides, me tomas con una mano tras el cuello para que no haya oportunidad de escape, sin que tus labios se separen de los míos ni por un segundo y yo me aferro a tu espalda como si se me fuera la vida en ello, mientras tú con la otra me sostienes la cintura, mano que luego avanza hasta la parte baja de mi espalda anhelante de caricias. En susurros y con poco aire en los pulmones, con la respiración agitada, mi cuerpo te advierte que si no te detienes no volveré a dejarte a ir, que no podrás apartarme de ti, pero continúas hasta que recuerdas quiénes somos y cuál es nuestra historia.
Entre tanto te decides, me tomas con una mano tras el cuello para que no haya oportunidad de escape, sin que tus labios se separen de los míos ni por un segundo y yo me aferro a tu espalda como si se me fuera la vida en ello, mientras tú con la otra me sostienes la cintura, mano que luego avanza hasta la parte baja de mi espalda anhelante de caricias. En susurros y con poco aire en los pulmones, con la respiración agitada, mi cuerpo te advierte que si no te detienes no volveré a dejarte a ir, que no podrás apartarme de ti, pero continúas hasta que recuerdas quiénes somos y cuál es nuestra historia.
Te detienes. Retrocedes, pero sigues ahí,
mirándome con la transparencia de tus verdes ojos, recordándome que son ellos quienes dicen lo que el corazón no puede, y vuelves a acercarte.
¿Y si me besas para olvidarnos
que tenemos los pies en la tierra? Para perdernos en el deseo de ser solo tú y
yo, en que el tiempo se para por completo. Ahora tu beso es cada vez más
intenso, cada vez más posesivo, cada vez me habla más de ti y de lo que sientes.
Bésame para olvidar que no hace
mucho tiempo atrás nos separaron todos los océanos, todas las estrellas, todos
los continentes, todos los climas y 16 horas.
Bésame con la misma desesperación de no habernos visto en ese tiempo pero con la firmeza con la que se besa cuando a pesar de tanta distancia en espacio y tiempo, no hubiera día en que no me llevaras en el corazón.
Bésame con delicadeza y suavidad, con dulzura, como si estuvieras diciéndome todo lo que me quieres, para demostrarme que lo único que nos separa ahora es el miedo, nuestro miedo y la incertidumbre del futuro y no la falta de amor.
Bésame con la misma desesperación de no habernos visto en ese tiempo pero con la firmeza con la que se besa cuando a pesar de tanta distancia en espacio y tiempo, no hubiera día en que no me llevaras en el corazón.
Bésame con delicadeza y suavidad, con dulzura, como si estuvieras diciéndome todo lo que me quieres, para demostrarme que lo único que nos separa ahora es el miedo, nuestro miedo y la incertidumbre del futuro y no la falta de amor.
Bésame con la fragilidad de la
porcelana, con la precaución con la que se acaricia una rosa para no lastimarse
con sus espinas.
Bésame como lo hace el Rey al despedirse de su Reina antes de partir a la guerra, con el miedo vivo en los ojos al saber que corre el riesgo de no volver a verla.
Bésame como lo hace el Rey al despedirse de su Reina antes de partir a la guerra, con el miedo vivo en los ojos al saber que corre el riesgo de no volver a verla.
Bésame para no volver a
olvidarnos, para recordar que nos quisimos, que te amé como a nadie, que nos
amamos como jamás ninguno de los dos amó antes.
Bésame para saciar tu necesidad de mí, para acabar con tu mal genio, como si fuera lo mejor que la vida haya puesto en tu camino y estuvieras agradecido de ello, para grabarme en tu alma.
Bésame para saciar tu necesidad de mí, para acabar con tu mal genio, como si fuera lo mejor que la vida haya puesto en tu camino y estuvieras agradecido de ello, para grabarme en tu alma.
Bésame para olvidar que
existimos, para recordar que no fuimos un sueño o al menos no uno que se tiene
estando dormido sino más bien despiertos.
Bésame para olvidar tus problemas, para recordar cuál es tu lugar en el mundo, para sentir que tienes tu propio hogar además del que te dieron tus padres.
Bésame para olvidar tus problemas, para recordar cuál es tu lugar en el mundo, para sentir que tienes tu propio hogar además del que te dieron tus padres.
Bésame ahora para ser feliz cada día
al abrir los ojos por la mañana y cada noche antes de soñar con lo felices que
hemos sido luego de que volvieras a besarme por primera vez.
Bésame. Bésame para olvidar, bésame para recordar,
pero hazlo. Bésame.