"No había miedo en sus ojos cuando preguntó la primera vez, solo fue la extrañeza de estar dándose cuenta de que se estaba sintiendo distinto. La sensación de estar cumpliendo un sueño tal vez, de pensar que estaba viviendo lo que hace tiempo estaba esperando volver a sentir y vivir. No eran esos ojos pequeños y alargados con los que me ve cuando ríe, eran unos hermosos ojos verdes, grandes, bien abiertos, que esperaban una respuesta, que aguardaban una reacción. Mi fuero interno, en ese instante no podía más que procesar: “¡que ojos más lindos!”. La verdad y sinceridad de la respuesta hizo que volviera a la posición tan cómoda en la que se encontraba, sonriendo. La suavidad de su piel, la ternura de mi tacto despertó todos sus sentidos, hasta los que tenían que estar más controlados. Extrañamente su corazón latía normalmente, latidos prácticamente imperceptibles, normales, no como siempre suele ser. Me intriga saber si aquella pregunta fuera una de esas que dan vueltas en la cabeza por días sin respuesta, una de esas que se tiene ganas de preguntar pero no se encuentra el momento ideal o si simplemente fue un pensamiento que no pudo contener y dijo en voz alta. Así lo creo y si no fue así, tampoco hay diferencia. De manera contraria habría pasado parte de su tiempo conmigo en su cabeza, pensándome, echándome de menos, queriéndome con él, para él. De la situación más cotidiana posible y en el estado de reposo más exquisito para dos, nacieron las más lindas, sinceras y reales confesiones. Alguna de las cuales son capaces de quitarte el sueño. De ahí, que en un movimiento casi instintivo, no le faltase más que declarar que le pertenezco, que estaba escrito en mi corazón y en su corazón que así es. Ahora recién entiendo cómo fue que había tanta convicción en sus palabras: nos estamos enamorando. Intensa, única e irreparablemente, tanto el de mi, como yo de él. Nunca pensé en volver a enamorarme, nunca creí que podría volver a querer a alguien así de nuevo tan intensamente, más que la primera vez, menos de alguien que apareció tan de pronto, tan inesperadamente. Cayó del cielo, me hace sentir viva, pierdo el sentido del tiempo. ¿Cómo puede ser eso posible? Estuve enamorada ya antes, pero jamás, jamás perdí al tiempo en algún lugar con alguien. Siento un dolor y una opresión en el pecho tan grande cuando le escucho llegar hasta mi, mis latidos más fuertes, más sanos. El sonido de su voz, su respiración en mi oído, son una invitación para entregarse al placer de olvidarse de todo, de sentir como pelo a pelo se me eriza la piel. La delicadeza de sus manos, la suavidad de su tacto me encanta, no es algo a lo que se pueda renunciar ni evitar. La magia se siente, está ahí, al alcance de nuestras manos. Pretendo no dejarla ir, mantenerla viva día a día. Sentirme feliz y completa es lo que más quiero en la vida y estoy segura que teniéndote a mi lado y queriéndote cada día más y más, voy por el camino correcto, perfecto."